En Montana, un hobre entró a un pizzería a robar, pero luego cambió de opinión cuando el empleado le estaba dando el dinero, se puso a llorar y sólo se llevó un pizza para darle de comer a su familia. Según la policía era la medianoche del lunes, cuando el hombre ingresó a la pizzería con un chaqueta encapuchada y un pañuelo ocultándole el rostro.
El cajero comenzó a sacar el dinero para dárselo, sin embargo, el arrepentido asaltante empezó a llorar y explicó que sólo quería alimentar a su familia. El generoso y confundido cajero le ofreció una pizza y alitas de pollo. El hombre esperó hasta que se cociera la pizza y después se fue caminando. ¡Que curioso asalto!,
0 comentarios:
Publicar un comentario